A las 10:00 en punto de la mañana, como estaba marcado en la orden judicial, los técnicos de la Agencia de la Vivienda Social (IVIMA) han llegado a la calle Carmen Laforet, número 14, en Torrejón de Ardoz. Puntuales. En la segunda planta del portal número 3 les esperaba Sheila junto a sus tres hijos menores de edad, entre lágrimas y con el corazón encogido. No era solo un desahucio. Era un desarraigo y «una injusticia», decían los vecinos.
Arriba, dentro de la vivienda, la desesperación era absoluta. Una decena de agentes de la Policía Nacional custodiaban el bloque número 3, impidiendo el acceso a todo aquel que intentara subir. Ni medios ni vecinos pudieron acompañar a Sheila en el momento más difícil de su vida.
Aunque sí pudieron subir los concejales Javier Castillo (PSOE) y Ruth Grass (Más Madrid). Ambos intentaban hasta el último momento evitar lo inevitable. Sus llamadas, gestiones y súplicas no bastaron.
El lanzamiento se ejecutó tras algo más de hora y media de angustia. Primero bajaron los niños, uno tras otro, cabizbajos, cargando pequeñas bolsas, mochilas escolares y alguna maleta. El mayor no supera los 15 años. El menor, de once, descendió las escaleras llorando desconsoladamente, desbordado por una situación que le venía demasiado grande para su edad.
A su paso, el silencio se rompía en sollozos. “Con la cabeza bien alta, chicos, vosotros no habéis hecho nada”, les decía una vecina con la voz quebrada, intentando sostener lo insostenible.

Unos metros más atrás, una señora se preguntaba indignada: “¿Por qué no agilizan las listas de espera? ¡Con todos los pisos vacíos que hay!”. Otro trabajador del IVIMA, de forma seca y contundente, pronunciaba una frase que dolió más que el desalojo mismo: “No se va a salvar ni uno, quien no pague, irá a la calle”.
Y es que el caso de Sheila es especialmente cruel. Según relataba ella misma a Diario de Torrejón, lleva 9 años empadronada en ese piso, adjudicado a su expareja, con la que convivía hasta que una orden de alejamiento por malos tratos hizo que se fuera de la casa. Sheila solo pide que se le cambie el nombre a ella. «Yo quiero pagar», decía.
Las lágrimas se mezclaban con la impotencia. Los vecinos, aun sabiendo que la resolución era firme, pedían humanidad. “No se puede dejar en la calle a una madre con tres hijos”, repetían una y otra vez.

En ese momento, los operarios del IVIMA desmontaban la puerta del piso. Lo siguiente sería “chapar” la vivienda: dejarla tapiada, despersonalizada, aunque no vacía, ya que Sheila ha dejado todas sus cosas dentro porque no tenía dónde meterlas. Como otras tres del mismo rellano. Tres viviendas públicas cerradas solo en ese rellano, mientras una familia se queda sin techo. Una imagen difícil de justificar en una sociedad moderna.
Javier Castillo (PSOE): «El acuerdo plenario no se remitió ni al juzgado ni a la Agencia de Vivienda Social«
“Hoy, en Carmen Laforet 14, hemos vivido una escena inadmisible: la Comunidad de Madrid ha procedido al desahucio de Sheila y de sus tres hijos menores. Llevamos semanas trabajando para evitar esta tragedia, porque entendemos que lo mínimo que se le puede exigir a una administración pública es que no eche a la calle a una familia con menores en una vivienda social», denunciaba Castillo en declaraciones a Diario de Torrejón.
«Esta situación se llevó a Pleno. Pedimos algo tan básico como que el Ayuntamiento instase a la Agencia de Vivienda Social, antes IVIMA, a paralizar el desalojo. Acordamos esa moción, y el propio alcalde dijo que asumía la propuesta. Luego se apresuraron a colgarse medallas, a decir que era una propuesta impulsada desde el Gobierno municipal. Pero la realidad es que ese acuerdo plenario no se remitió ni al juzgado ni a la Agencia de Vivienda Social», aseveró.

«Hoy nos lo han confirmado los propios trabajadores del IVIMA: no tenían constancia alguna de ninguna moción del Ayuntamiento solicitando la suspensión del desahucio. Era todo una estrategia de imagen. Mientras tanto, Sheila ha sido desalojada. Sus hijos han salido llorando con sus bolsas. No se les ha ofrecido ninguna solución habitacional digna. Ni el alcalde, ni el concejal de Bienestar Social, ni ningún trabajador municipal han estado presentes. El Ayuntamiento ha fallado», denunciaba.
«Lo más doloroso es que estamos hablando de una familia que llevaba años empadronada en esa vivienda, que pagaba sus suministros, que no ha generado nunca ningún conflicto, y que solo pedía poder regularizar su situación y pagar un alquiler. No ha ocupado. No ha forzado cerraduras. No ha mentido. Solo quería quedarse», añadió el concejal socialista.
«Hemos llegado al punto en el que tres de las cuatro viviendas de ese rellano están tapiadas, vacías, mientras una madre y sus hijos duermen esta noche sin un hogar. Exigimos a la Comunidad de Madrid y al alcalde de Torrejón que dejen de utilizar este drama como una cuestión de titulares y lo conviertan en lo que debe ser: una prioridad política y humana. Que actúen. Que reaccionen. Que den soluciones, no excusas», concluyó.
Ruth Grass, Más Madrid: «Víctima de violencia machista, sin alternativa»
Por su parte, la portavoz de Más Madrid, Ruth Grass, señaló otro agravante: «Las instituciones han permitido el desahucio de una madre, víctima de violencia machista, y de sus tres hijos menores, sin ofrecerles una alternativa habitacional. Es inaceptable».
«En su momento, toda la corporación municipal llegó a un acuerdo para intentar frenar este desahucio. Sabíamos que era una situación límite, que no podíamos dejar en la calle a una familia vulnerable. Pero a la hora de la verdad, ni el juzgado ni la Agencia de Vivienda Social tenían constancia de ese acuerdo plenario. Nadie desde el Ayuntamiento lo había remitido», añadió.
E insistió: «Tuvimos que buscar nosotros, desde Más Madrid, el correo electrónico de la Agencia para poder enviar el acuerdo a última hora. No nos dieron ni el contacto oficial. Lo conseguimos por nuestra cuenta y lo mandamos. Pero ya era tarde».
«¿Dónde está la responsabilidad institucional? ¿Dónde está el compromiso que se anunció en los medios? Aquí no ha habido voluntad política real. Aquí se ha jugado con las expectativas de una madre que solo pedía ayuda, que solo pedía tiempo. Estamos hablando de viviendas sociales, de recursos públicos destinados a proteger a quienes más lo necesitan. Y lo que hemos visto hoy ha sido todo lo contrario: un abandono institucional absoluto», agregó.
«¿Qué está haciendo la Comunidad de Madrid con los pisos del IVIMA? ¿Por qué hay viviendas vacías mientras se echa a la calle a familias con menores? La política debe estar al servicio de la vida, del bienestar, de la justicia social. Hoy ha fallado estrepitosamente. Y seguiremos denunciándolo donde haga falta», finalizó.
«¿Dónde me voy ahora con mis tres hijos?»
Diario de Torrejón pudo hablar con Sheila poco después de su salida. Hundida. En shock. Con los ojos inundados de lágrimas y abrazada a sus hijos. «¿Dónde me voy ahora con mis tres hijos? No tengo nada…», repetía una y otra vez.
Sheila llevaba empadronada nueve años en esa vivienda. Ha pagado siempre sus suministros. Nunca ha sido conflictiva (así lo han confirmado diversos vecinos). Sus hijos están escolarizados en Torrejón. Toda su vida está aquí. Todo.
Según ha podido saber este medio, el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz le ha ofrecido una solución temporal: un hostal en San Fernando de Henares hasta el lunes. Mientras tanto, tendrá que buscar un piso de alquiler y deberá volver a Servicios Sociales este viernes.
La foto que queda es la de los tres niños bajando las escaleras entre lágrimas, arrastrando bolsas con lo poco que les entraba y el alma. Un edificio con viviendas tapiadas, mientras que una madre se pregunta qué será de ella y de su familia. Un drama silencioso al que no debería acostumbrarse nadie.
Actualización: El Ayuntamiento de Torrejón ofrece solución habitacional y ayuda económica a Sheila y sus hijos tras el desahucio.