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Último día para ver la exposición ‘Coll. El gigante del TBO’ en Torrejón de Ardoz

Hasta el 17 octubre, La Casa de la Cultura acogerá la exposición ‘Coll. El gigante del TBO’ de la Red Itiner 2023.

Coll es uno de los representantes de la llamada “línea clara”, un estilo de historieta que, como explica su nombre, se caracteriza por la definición de la línea, el uso del blanco y negro y la ausencia de sombras y efectos de luz. Uno de sus representantes más internacionales es Hergé, el creador de Tíntín. Coincidieron en varios temas, además de en el estilo.

Además, las historietas de Coll no necesitan ni color ni “bocadillos”. Él ideaba y dibujaba para que no necesitaran ningún apoyo más. El bocadillo se utiliza en las historietas para recoger los diálogos o los pensamientos de los personajes.

Mientras que otros dibujantes de su época trabajaban con personajes fijos, Coll utilizaba a gente corriente que se enfrentaba a situaciones muy diversas que se resolvían con salidas inesperadas o provocaban el asombro de sus protagonistas. Sus protagonistas eran pescadores, cazadores, paseantes, deportistas, pilotos, naufragos… 

Coll se inspira en la vida cotidiana de su ciudad: Barcelona. En sus viñetas encontramos tranvías y vespas, piscinas y parques… todo lo que ve a su alrededor le sirve para crear sus historietas. Observaba y se fijaba en la gente, su manera de moverse y gesticular y las cosas que pasaban a su alrededor.

Biografía de Josep Coll

Josep Coll (Barcelona, 1924-1984) es considerado por muchos críticos y especialistas -y, sin duda, por sus admiradores- como uno de los mejores dibujantes de historietas del siglo XX español, y no son pocos los que hacen extensivo este reconocimiento al ámbito europeo y mundial.

En 1949 se incorporó al TBO, la revista que dio nombre a todos los tebeos, y se convirtió en uno de sus pilares. Aportó sus originales regularmente hasta 1964, cuando, por motivos económicos, dejó su colaboración para dedicarse a la profesión familiar en la que se había iniciado de adolescente: la albañilería. Algunos han visto en este abandono del oficio de historietista -que, afortunadamente, no fue total- uno de los mayores errores editoriales de la España del siglo XX.

Aunque murió tempranamente a los 60 años, Coll sigue estando vivo. Pervive en la memoria de los que disfrutaron de sus historietas en el TBO y hoy es reconocido por las nuevas generaciones de dibujantes de cómic. 

En una encuesta realizada en marzo de 2021 por la revista Rock de Lux entre dibujantes y expertos para elegir los cien mejores tebeos españoles, ocupó el quinto lugar, tras Carlos Giménez, Kim/Altarriba, Ibáñez y Nazario. 

Es la mejor posición conseguida por un dibujante fallecido cuya obra prácticamente no se publica. Que lo descubran -y redescubran- todos los aficionados al octavo arte es el propósito de esta exposición.


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