La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y el Grupo Ribera mantuvieron este lunes sendas reuniones destinadas a analizar la polémica surgida en torno al Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, después de que varios medios de comunicación publicaran unas declaraciones atribuidas al CEO de la compañía, Pablo Gallart, pronunciadas en un encuentro privado el pasado mes de septiembre.
Las informaciones difundidas, según sostiene la empresa, han sido descontextualizadas y utilizadas para cuestionar el modelo de gestión del centro y la actuación de sus profesionales.
La consejera de Sanidad, Fátima Matute, recibió en la sede de su departamento a Emmanuel de Geuser, consejero delegado de Vivalto Santé y presidente del Grupo Ribera, con el objetivo de revisar de primera mano la situación generada en los últimos días y las explicaciones ofrecidas por la entidad concesionaria del hospital.
Según trasladó posteriormente el propio grupo sanitario, la conversación permitió exponer las conclusiones iniciales de una auditoría interna realizada por Ribera y presentar la postura oficial ante las acusaciones difundidas en distintos medios.
Ribera niega instrucciones irregulares y defiende la integridad de los profesionales
Tanto en la reunión mantenida con la Consejería como en un comunicado público emitido este martes, De Geuser negó “categóricamente” que desde la empresa se haya dado instrucción alguna para modificar procesos clínicos o asistenciales en el Hospital de Torrejón.
En concreto, rechazó que se hubieran alterado los procedimientos de triaje, reutilizado material sanitario o manipulado criterios de asistencia, aspectos que habían sido objeto de señalamiento en los últimos días.
El presidente del Grupo Ribera subrayó que las acusaciones carecen de fundamento y afirmó que los resultados preliminares de la auditoría interna desarrollada por la entidad avalan la “buena gestión asistencial” del centro. Esta revisión interna, según trasladó, se activó para verificar de manera exhaustiva los procedimientos y garantizar la transparencia del proceso.
Además, De Geuser insistió en que la actuación de los profesionales del hospital está guiada por los “más altos estándares de calidad asistencial” y el respeto estricto al código deontológico, un mensaje que -recordó- ya había sido respaldado por los máximos responsables asistenciales del propio centro.
El pasado 4 de diciembre, jefes de servicio y supervisores de Enfermería firmaron un documento colectivo en el que defendían la integridad de su labor y rechazaban cualquier insinuación sobre presiones o prácticas contrarias a la ética médica.
Encuentro con los trabajadores del Hospital de Torrejón
Antes de reunirse con la consejera Matute, Emmanuel de Geuser mantuvo un encuentro por la mañana con los profesionales del Hospital Universitario de Torrejón. En esta reunión, según la versión oficial del grupo sanitario, compartió con ellos las primeras conclusiones de la auditoría interna y escuchó sus preocupaciones tras la repercusión mediática de las filtraciones.
El presidente del grupo destacó que los trabajadores defendieron nuevamente la libertad con la que ejercen su labor y reivindicaron el funcionamiento del hospital, que opera bajo el modelo de gestión pública y privada implantado por la Comunidad de Madrid. De Geuser agradeció la “firmeza” con la que los profesionales respondieron a las informaciones surgidas y subrayó el compromiso del equipo con el bienestar de los pacientes.
El Grupo Ribera recordó que el hospital es considerado un centro de referencia dentro del modelo de gestión público-privada madrileño, y que su desempeño asistencial ha sido reconocido en evaluaciones internas y externas. Según la empresa, las conclusiones iniciales de la auditoría interna confirman esta línea de trabajo y desmienten cualquier alteración en los procesos asistenciales.
Filtraciones y acusaciones: un “ámbito descontextualizado”
Ambos comunicados -tanto el de la Consejería de Sanidad como el del Grupo Ribera- insisten en que las declaraciones atribuidas al CEO de Ribera, Pablo Gallart, fueron pronunciadas en una reunión privada en septiembre y posteriormente sacadas de contexto.
De Geuser califica la difusión de estos fragmentos como “filtraciones malintencionadas” y expresa que la interpretación realizada por algunos medios tenía “ánimo de perjudicar el prestigio personal y profesional” del CEO y de la empresa.
Las declaraciones descontextualizadas, que según Ribera no reflejan la realidad del funcionamiento del hospital, dieron pie a diversas acusaciones sobre supuestos recortes o modificaciones en los circuitos asistenciales, algo que la compañía rechaza tajantemente.
De Geuser reiteró que no se ha emitido ningún tipo de instrucción que interfiera en la autonomía profesional de los sanitarios.
En su reunión con la consejera de Sanidad, De Geuser anunció que el Grupo Ribera “se reserva el derecho a emprender acciones legales” frente a las que considera “gravísimas y falsas acusaciones” difundidas en algunos medios de comunicación.
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